BUENOS AIRES.- La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, fue declarada ayer en “rebeldía” tras negarse por segunda vez a presentarse ante la Justicia en una causa por fraude, y el juez Marcelo Martínez de Giorgi dispuso su detención y la prohibición de salir del país, pero la Polícía no había efectivizado la orden al cierre de esta edición.
Bonafini, en tanto, desafió la orden judicial y encabezó la tradicional marcha de los jueves en la Plaza de Mayo, rodeada de dirigentes K. El hecho, que generó conmoción política local y mundial, se refiere a la causa que investiga los planes de vivienda “Sueños Compartidos” de la Fundación Madres.
A media tarde, tras el cierre del horario de Tribunales, la Policía Federal recibió la orden de allanamiento de la sede de las Madres, a tres cuadras del Congreso, y de detención de Bonafini, de 87 años. Efectivos del cuerpo de choque, con apoyo de carros de asalto, fueron al lugar comandados por un subcomisario de apellido Gómez Olivera.
Pero pese al diálogo del oficial con un abogado de Madres, fracasaron en su intento y Hebe y otras madres, cerca de las 15, salieron del edificio y ascendieron a un vehículo utilitario que, esquivando los camiones policiales, se dirigió a la Plaza de Mayo. Tras ese episodio el juez emitió una nueva orden en la que dispuso que el arresto podría producirse en cualquier lugar donde fuera hallada la dirigente.
Para entonces, Bonafini había regresado en una combi a la sede de Madres, rodeada de centenares de activistas. Alrededor de seis horas después de la primera orden de detención, la policía estaba esperando “el momento oportuno” para concretar el arresto ordenado.
La causa donde están involucrada Bonafini, los hermanos Sergio y Pablo Schoklender (ex apoderados de la Fundación), el detenido ex secretario de Obras Públicas José López y su ex número dos Abel Fatala, entre otros, investiga el desvío de unos $ 200 millones que salieron de las arcas públicas.
Bonafini faltó ayer, por segunda vez consecutiva, a la citación a indagatoria y se limitó a presentar una carta donde se dijo víctima de la “mal llamada Justicia”. En Plaza de Mayo, volvió a esgrimir su lenguaje filoso y desafiante; dijo que “no le tengo miedo a estos hijos de mil putas”, en referencia al Gobierno. “Si nos quieren llevar presas, que nos lleven”. (DyN)